jueves, 1 de septiembre de 2016

HUELVA. Minas de Riotinto.

Nuestra historia tiene muchos elementos para poder ser estudiada, la cultura a través de los libros, música, pintura, etc… las raíces de las gentes, nuestras tradiciones, los monumentos que pueden ser vistos y/o visitados pero también a través de los restos de lo que antes era y ahora ya no es…

Como ejemplo de esto último tenemos el Parque minero de Riotinto, ubicado en Minas de Riotinto, Huelva, parque con mucha historia, donde es fácil encontrarnos con una de las muchas minas a cielo abierto.




Dicha zona geográfica fue protagonista de un gran auge industrial, presente en la "Revolución Industrial", pero también de la decadencia de la industria, hasta llegar al abandono de sus numerosas minas, medios, carreteras y vías. 

Sin duda la vida da muchas vueltas, y lo que antes no era rentable, hasta el punto que era más barato abandonar la zona industrial que intentar reconvertirla, ahora con el aumento del precio del cobre, material que se valora en bolsa, y la gran demanda del mercado chino, esta industria ha vuelto a resurgir, abriendo nuevamente algunas de las minas anteriormente abandonadas, para retornar con su histórica actividad, aunque evidentemente con los medios actuales. Indicar que durante 2015 se crearon unos 600 empleos directos con la actividad de extracción de cobre. (Mina con actividad industria a 2 km de Minas de Riotinto)


Vayamos con nuestro objetivo, conocer la historia y la actividad minera de la forma más cercana posible.

Para poder aprovechar el tiempo de la visita a este parque / museo, es importante tener en cuenta que existen diferentes posibilidades y zonas a visitar, las cuales detallamos a continuación, y que, dependiendo del tiempo que tengamos, podrán ser visitadas individualmente o combinándolas entre ellas, (Link Parque Minero)

Un pequeño resumen a modo de entrada de cada una de las posibilidades existentes.



  • Museo Minero, edificio principal, antiguamente hospital, ubicado en el pueblo de Minas de Riotinto, donde se encuentran localizadas las taquillas de expedición de tickets para poder visitar el resto de puntos.





  • Ferrocarril Minero, Máquina de Gasoil y cuatro vagones dispuestos para poder realizar un tour a través de las Minas de Riotinto, y paralelo al río del mismo nombre.



  • Peña de Hierro, Mina actualmente sin uso industrial, de pequeñas dimensiones y destinada antiguamente a la extracción de metales. Se encuentra a unos 10 km de Minas de Riotinto, y unos 3 km de Nerva, es necesario desplazarse desde el museo en el propio vehículo, por accesos asfaltados.


  • Casa 21, ubicada en el barrio de “Bella Vista”, dentro del complejo urbanístico creado por la empresa propietaria de las minas, para los responsables de la explotación, y conocido como el barrio inglés.





En nuestro caso pudimos visitar y realizar todas las actividades, 18€/persona, y sinceramente, tras la visita indicar que merece la pena, si bien es necesario disponer de 4,5 h por la mañana, de 10.30 a 15.00 horas, tiempo para la comida y unos 30 minutos para poder visitar Casa 21, para poder completar cada una de las visitas disponibles, siguiendo el horario acordado con la organización, en el momento de adquirir los tickets correspondientes. (10.30 h es la hora de inicio de actividad en el Parque)

  • 10:30 h – Visita al museo – 1,5 h, de forma tranquila y leyendo la información existente.
  • 12:00 h – Inicio de la visita a Peña de Hierro – 1,5 h, por medio del vehículo privado y siguiendo a un coche guía se realiza desplazamiento (10 km) y visita, para retornar a la parada del Ferrocarril Minero.
  • 13:30 h – Ferrocarril Minero – 1,5 h, recorrido de unos 12 km por tren, vías privadas, 15 minutos para poder contemplar a nivel de suelo el Río Tinto, y retorno al punto de partida. La visita finaliza a las 15.00 horas.
  • 16.00 h - Hora de re-apertura de los museos y actividades del parque, momento que aprovechamos para visitar Casa 21, por libre, con una duración aproximada de unos 30 minutos.


Creo que es importante describir cada una de las actividades, con el fin de intentar lo que en cada uno de los casos puede verse, dado que estamos ante más de 5.000 años de historia de la minería en la Península.

Debemos tener en cuenta que la ubicación y el nombre de las minas y actualmente de la zona y parque, se deben en todo momento al Río Tinto, presente y protagonista en toda la historia de esta comarca, y por tanto de la actividad industrial y social que se ha desarrollado. Este río se caracteriza por su color rojo cobrizo, debido a una serie de motivos que explicaremos posteriormente.




MUSEO MINERO DE RIOTINTO

En el interior del museo no está permitido la realización de fotografías, motivo por el que no se mostrará ninguna foto, salvo las dispuestas por el propio museo en la página web, como es costumbre en este blog.

Tal como comentamos en la pequeña y breve descripción anterior, el museo se encuentra ubicado en lo que, en el momento en que las minas se encontraban en pleno rendimiento, era el antiguo hospital de la empresa Río Tinto Company Limited, empresa británica que explotó las minas entre 1873 y 1954.









Está compuesto por 16 salas que muestran la historia de la minería y de la sociedad de la zona, desde sus inicios en época romana, así como una sala dedicada a los diferentes metales que han podido extraerse de las entrañas de la tierra a través de los años.





Sin duda sorprenden muchas cosas en este museo, tan diferente a lo que podemos estar acostumbrados a ver en otro tipo de museos, destacando, tras la sala de audiovisuales, las salas donde podemos contemplar una serie de metales y minerales que han sido extraídos de las entrañas de la tierra.

Posteriormente a las salas indicadas, vemos una puerta, que corresponde al acceso de una mina romana, reproducción, en la que, una vez accedes, puedes contemplar el sistema empleado por los romanos para la extracción de metales en las minas, recorriendo unos 200 metros bajo tierra para poder observar las diferentes galerías, cámaras y pozos, característicos de este tipo de minas, así como las condiciones que los trabajadores debían soportar en cada una de las jornadas. En el recorrido también podemos ver máquinas y medios empleados por los romanos para la extracción del agua del interior de la mina, y evitar las inundaciones.

Al salir de esta reproducción aparecemos en dos salas dedicadas a la época romana y edad media, (foto procedente web museo).

A partir de este punto llegamos a momentos más actuales, a través del mapa cronológico dispuesto en las siguientes salas, a un ejemplo de una de las salas del hospital, con los medios disponibles en la época de inicio de actividad, comunicaciones existentes y ejemplos de equipos de extracción del mineral dispuesto en las minas.

Recorrido a través de la historia de la minería, unido a problemas sociales y laborales durante el período de explotación, así como los problemas por enfermedades existentes en los trabajadores, pueden verse en diferentes áreas y salas del museo.

Las siguientes salas, las ubicadas a la derecha, sentido salida del museo, corresponden a salas dedicadas a mostrar la maquinaria utilizada en las minas, como trenes de interior, barreneros, o incluso locomotoras de vapor, traídas en el inicio de la Revolución Industrial desde Gran Bretaña, expresamente para su uso en las Minas de Riotinto, siendo una de las causas de los problemas sociológicos de la zona (foto procedente web museo).


Sin duda un museo que merece la pena.

Al finalizar la visita, nosotros utilizamos todo el tiempo asignado, 1,5 h, y tras la llamada por megafonía, nos dirigimos a nuestro vehículo, con el fin de seguir al coche guía, debiendo tener cuidado dado que en esta ocasión contamos unos 30 vehículos para hacer la visita, coches, furgonetas, auto-caravanas…, siendo el primer tramo más complicado, dado que deberíamos cruzar el pueblo, a través de calles y rotondas, con riesgo de perderse algún vehículo, aunque la organización disponía de un coche guía y un coche en cola para minimizar dicho riesgo.



PEÑA HIERRO


Tras 10 km llegamos a nuestro siguiente punto de visita, Peña Hierro.

La mina de Peña de hierro está ubicada a unos 10 km de Minas de Riotinto, tratándose de una mina de cielo abierto, si bien, actualmente, no se encuentra en proceso de explotación, siendo la Fundación Río Tinto la propietaria de dicha mina, y utilizada con fines turísticos.

  




Es una mina en la que se inició su actividad en época Romana, aunque con  mayor explotación entre los siglos XIX y XX, período durante el cual, varias empresas fueron las propietarias y responsables de la extracción de los metales. La mina se clausuró en 1972.














Lo primero, tras acceder por su puerta cerrada es adentrarnos por una galería minera completamente oscura, tras el encendido de unas pequeñas luces, iniciamos nuestro camino hasta llegar a una primera zona, donde observamos una estantería llena de cascos, que iremos tomando para ponerlos y poder seguir con la visita.







Siguiendo por la galería, única que podrá visitarse, llegamos al final de la misma, a una zona abierta, parecida a un balcón, desde donde se puede observar la mina a cielo abierto, y los restos de las voladuras que conseguían poner al descubierto los metales que eran extraídos.





 




La mina se encuentra llena de agua, hasta nivel freático, debido a que dicho agua no es extraído por bombas, algo normal en una mina en explotación, motivo por los que los pisos inferiores a este nivel freático se encuentran inundados y no es posible visitarlos.





NOTA: Indicar que cerca de Riotinto, por la carretera A-461 dirección Campofrío/Aracena, a unos 2 kilómetros de la localidad, se encuentra una mina en explotación, de similares características, aunque de muchísimo mayor tamaño, donde la extracción del agua es continua, pudiéndose ver desde la propia carretera, o desde el mirador existente, toda la actividad que se desarrolla, y los diferentes niveles de extracción.






Hablando nuevamente de nuestra mina, la acumulación de agua, de la que anteriormente hemos hablado, consigue que comencemos a ver algo característico del Río Tinto, motivo por el que dicho Río es famoso, y no es otra cosa que el color del agua, el color rojizo, común para el agua de la mina como la del propio río, debido a que la mina se encuentra cerca del nacimiento del río Tinto.





Personalmente pensaba que el motivo del color del Río Tinto era la contaminación del mismo, algo extraño cuando averiguas que realmente los romanos ya conocían este río por su color. Tras la visita realizada, este concepto ha cambiado, gracias a las estupendas explicaciones de los guías en las diferentes actividades realizadas.



Simplemente el río tiene el color rojizo por los sulfitos de materiales pesados de los yacimientos, que por medio de la actividad bacteriana existente en sus agua, se produce una oxidación microbiológica de los minerales que son oxidados y expulsados al agua, tomando por tal motivo el característico color. (En otras palabras, las bacterias comen los metales, oxidándolos y defecándolos en el agua, a que así está más claro….)

Este hecho provoca que el agua tenga un alto nivel ácido, por lo que no es muy conveniente tocar el agua, en piel no tendrías problemas, si te lavas, claro, pero en la ropa u objetos, si llegan a tener contacto con esta agua conseguirá un maravilloso souvenir, tal como nos relató el guía, dado que el agua es más ácida que la lejía.







Al salir de la mina, dirección el parking, observamos el suelo existente en los alrededores, llamándonos la atención los restos que en el seco suelo pueden observarse, restos de color verde, procedente del azufre existente en la tierra que nos rodea, que al llover son sacados por el agua hasta la superficie, y que pueden verse por toda la zona que nos rodea, a varios kilómetros a la redonda.
















Dejamos la Mina de Peña de Hierro, para que, una vez en nuestros coches, sigamos nuevamente al vehículo guía hasta la estación de ferrocarril privada del propio antiguo complejo de Riotinto.

Allí nos esperaba nuestro tren y nuestra próxima aventura hacia el descubrimiento...



FERROCARRIL MINERO



Como siempre algo de historia, de la que pudimos aprender durante nuestra visita.

Durante la explotación de las minas, en el período en que regentaba las mismas la empresa británica Riotinto Company Limited, 1873, los minerales extraídos debían ser enviados a Inglaterra por medio de barcos, que salían desde el puerto de Huelva, y hasta este punto eran llevados a través de transporte animal, destinando para tal fin 10 días, con una gran limitación del peso por animal.


Llego la revolución industrial a Gran Bretaña, y desde allí, rápidamente se trasladó, por intereses propios del Gobierno y de la empresa, a las minas de Riotinto, creando un medio de transporte ferroviario propio y privado, que conectaba las minas con el puerto de Huelva, pasando de las limitaciones de transporte anteriormente indicadas a lo que una máquina de vapor, al principio, o una diésel al final, podía transportar. Este hecho unido a diferentes máquinas para la extracción de mineral, consiguieron aumentar la explotación de las minas.










Como nota importante, la red ferroviaria privada de Minas de Riotinto disponía de más de 300 km de vías, 1300 vagones, 2000 vagonetas, 150 locomotoras, (7 eléctricas), muchos de estos restos pueden verse en una de las estaciones intermedias del recorrido, a la espera de la restauración que la Fundación está realizando, poco a poco, de locomotoras, vagones, vagonetas, edificios, vías... y otros elementos que van siendo localizados y descubiertos, gran labor por parte de la Fundación Minas de Riotinto.



Actualmente la Fundación Río Tinto ha conseguido restaurar unos 12 km de vía, así como varias locomotoras diésel, además de la locomotora de vapor en activo más antigua de Europa













Suena el silbato de la vieja locomotora, Nos vamos....


El viaje, una vez iniciado, transcurre paralelo al curso de Río Tinto, atravesando diferentes parajes que nos muestran la historia abandonada de la minería en el parque, pudiendo ver vestigios de la época romana y del período de la Revolución Industrial, acompañados en todo momento de las aguas rojizas de nuestro río.








Restos de la actividad industrial existente en el pasado, que han llegado a crear verdaderas montañas artificiales de escoria, montañas más duras que el propio hormigón. Se puede llegar a observar la figura interior de las vagonetas que transportaban esta escoria incandescente.







Restos de edificios y maquinaria de las minas.





Restos de Minas Romanas, zonas de secado.





Seguimos el curso del río.





Tras recorrer los 12 km de vía que han sido recuperados, llegamos a la estación de "Los Frailes", donde podemos bajar, y poder acercarnos al río, recordando el problema que podría suceder en caso de llegar a contactar el agua con la ropa, por lo que en todo momento evitamos los riesgos de caer a sus aguas.






Éste momento es aprovechado por los conductores de la máquina para poder cambiar la posición de nuestro medio locomotor.






Tras unas fotos de la principal característica del río, su color, volvemos al tren, e iniciamos el recorrido de retorno para poder observar detalles que en el primer trayecto se nos escaparon, tal vez por estar pendientes de las explicaciones o por intentar ver todo lo que se descubría delante de nuestra vista.










Más puntuales que el actual AVE, a las 15:00 h, llegamos a la estación origen/destino, bajamos de nuestro anciano tren, y nos dirigimos a los coches para, en nuestro caso, volver cerca del Museo y poder comer en un restaurante ubicado en las inmediaciones del mismo.

En nuestro caso seleccionamos el restaurante Atalaya, por varias sencillas razones, sabíamos dónde estaba porque lo vimos por la mañana, asegurábamos una zona para estacionar y parecía un lugar interesante para probar la comida de la zona, sinceramente no nos equivocamos, además de cumplir con lo que buscábamos, el precio era muy correcto así como el servicio prestado.



NOTA IMPORTANTE: En caso de decidir ir a comer a un restaurante de la localidad, el consejo es ir sin perder el tiempo, dado que muchas son las personas que harán lo mismo, por lo que la diferencia de llegar cinco minutos más tarde, se traslada en salir una hora más tarde de comer.

La comida nos llevó aproximadamente 1 hora (junto con el desplazamiento), motivo por el que al salir del restaurante, coincidía con la hora de apertura de Casa 21, lo que nos convenció para acercarnos hasta este lugar y poder hacer la última visita del día. (También está incluido en el paquete completo, aunque lo habíamos descartado por el tiempo del que disponíamos).


CASA 21

En la localidad existe un barrio inglés, llamado "Bella Vista", construido por la primera propietaria de la explotación minera, donde se ubicaron las viviendas destinadas al alojamiento de los responsables de la mina.

Entre estas viviendas, encontramos una con mayor protagonismo que el resto, denominada Casa 21, asignada al máximo responsable de la explotación minera.

Ésta construcción muestra una casa tradicional inglesa, de la época victoriana, con diferentes dependencias y mobiliario.














Debemos indicar, porque es de agradecer, el trato y profesionalidad de la persona de la Fundación que se encontraba controlando el acceso a Casa 21, mostrando alegría, atención y conocimiento por las respuestas de aquellas preguntas que los visitantes realizábamos, más teniendo en cuenta que la visita de esta casa se realiza de forma libre.




Tras finalizar esta visita, recorremos toda la sierra que rodea las Minas, parajes increíbles que nos ayudan a llegar hasta la ruta de la plata, para, una vez en la autovía, iniciar el camino de retorno a casa…


Notas de interés:
Hostal Restaurante Atalaya
Avenida de la Esquila 13 (Junto al Museo Minero), Minas de Riotinto.
Teléfono 959592854 / 614486459


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