sábado, 3 de diciembre de 2016

Palencia. Un paseo entre el Románico y el Gótico.

Palencia, una de las nueve provincias que componen la comunidad autónoma de Castilla y León. Capital con gran importancia en la historia, pero también una capital con gran importancia actualmente, gracias a su industria automovilística.






Palencia es una de las capitales que siempre han estado dispuestas a enseñar y mostrar todo el esplendor con el que cuenta, así como contar la historia vivida desde sus inicios hasta el presente.


Sin duda al llegar a la Capital, lo primero que destaca por encima de todo, de forma irónica pero también real, es sin duda un Cristo, que a muchos, al principio, hace recordar al Cristo de Corcovado en Brasil, pero que posteriormente veremos numerosas diferencias, haciendo del Cristo del Otero, así es llamado, un monumento único.

Comencemos por este punto, que además de ser una de las imágenes de Palencia, llegarán a ser un punto estratégico para poder contemplar, desde la altura, esta ciudad castellana.

El Cristo del Otero es una construcción de Victorio Macho, escultor palentino (1887 - 1966), del que hablaremos en varias ocasiones a medida que veamos esculturas de Palencia, y donde existe una cripta en la que dicho escultor está enterrado.


El Cristo, de 1931, está realizado en hormigón armado, con una altura que supera los 20 metros y una posición que simula la bendición de la ciudad.













Bajo los pies del Cristo encontramos una colina, donde se ubica la ermita de santa María del Otero, la Cripta donde Vistorio Macho está enterrado, así como un pequeño museo dedicado al escultor.










A los pies del Cristo tenemos un mirador desde el que se observa la llanura castellana, y la ciudad de Palencia.








Adentrémonos en la ciudad, y estacionemos cerca del centro, en este caso cerca de la estación de Renfe y/o autobuses, a escasos metros una de la otra, y que servirá como punto de referencia en caso de utilizar uno de estos dos medios de locomoción para llegar a la ciudad.

Tras atravesar el parque, Jardinillos, que nos encontramos al salir de las estaciones anteriormente mencionadas, llegamos a la plaza San Pablo donde podemos contemplar unas figuras homenaje a la Semana Santa Palentina.



La Iglesia de San Pablo (s. XIV-XVI), se encuentra colindante al conservatorio de la ciudad, en la misma ubicación de un antiguo convento del que no se conserva nada.







Desde allí, paseando por las calles de Palencia nos dirigimos al segundo monumento característico de la ciudad, segundo por el orden de visitas y correspondiendo en este caso a la Catedral, la cual junto con el Cristo del Otero conforman la imagen de la ciudad.










Antes de ver la fachada principal, podemos caminar por la Calle Mayor Antigua, rodeando el imponente edificio, pudiendo contemplar una fachada "secundaria" de la Catedral, que realmente no está tan a la vista.






Ahora, volviendo por nuestros pasos, hasta llegar a una gran plaza, de la Inmaculada, que consigue que podamos tener una visión clara de la fachada de la Catedral.

Nos acercamos hasta la escultura dedicada "Al Maestro".






Cerca del las figuras dedicadas "Al Maestro", tenemos un pasaje, algo característico de la ciudad, en este caso el correspondiente al Pasaje Gil de Fuentes, por el que no acercará a la calle Mayor, otro punto neurálgico de la Ciudad, donde es agradable pasear sin los agobios del tráfico.






En la Calle Mayor, cerca de la Plaza Mayor, nos encontramos con otra pequeña sorpresa... un monumento dedicado a "La Infancia", y con el título "Niña de la Comba"




Sin duda, el visitante debe estar atento a todo, tanto a sus monumentos, como a sus edificios, que podrán sorprender en cada paso, en cada rincón.





Frente a este edificio singular, en la Plaza de San Francisco, podemos ver el original de otra escultura creada por Victorio Macho, la copia o boceto la pudimos ver en el pequeño museo a los pies del Cristo del Otero, con el título de "La Aguadora"





Y pasada la estatua anteriormente nombrada, nos encontramos con un pequeño rincón creado por dos iglesias, la de La Soledad y la de San Francisco, donde se consigue una zona de paz, tal vez por el empedrado de su suelo, por la falta de gente, sin el bullicio habitual o por el color de la piedra de ambas construcciones.









Al salir de este pacífico rincón, llegamos a la Plaza Mayor de Palencia, presidido por la fachada del Ayuntamiento, donde, si entramos podremos ver otra de las famosas esculturas del escultor palentino, en este caso dedicado al Conquistador Sebastian de Belalcazar.














Salimos de la plaza mayor, por la esquina izquierda de la fachada frente al Ayuntamiento, por donde nos encontraremos con el mercado de abasto, de reciente remodelación, y posteriormente con otro singular e increíble edificio, correspondiente a la Diputación de Palencia.














Seguimos nuestro paseo de otoño...





Pasando por el Teatro, el Convento las Claras, todo a través de las huellas de Santa Teresa para llegar a la Iglesia de San Lázaro, importante punto de la ciudad.














Volviendo por nuestros pasos, o aprovechando para ir por otras calles, llegamos a una nueva iglesia, en este caso la de Nuestra Señora de la Calle, y desde allí hasta la Casa Cordón, donde se ubica el Museo Arqueológico de la ciudad, al que destinaremos un post individual, por la cantidad de elementos que podemos ver en dicho lugar.







A partir de aquí, caminaremos por la calle Mayor Antigua, donde llegaremos nuevamente a la parte trasera de la Catedral y acercarnos hasta otro de los parques importantes de Palencia, punto de encuentro en las fiestas locales.




Y desde allí, iremos a ver otra estatua que pudimos observar, como borrador, en el museo a los pies del Cristo del Otero...






Y antes de recogernos, simplemente aprovechar el espectacular día para ver todo lo que se mostraba ante nosotros...












El día se completó con la visita al Museo Arqueológico de Palencia, ubicado en la Casa Cordón, aunque eso será otra historia... 

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